~ Estancia
en Reinosa
Vigorosa y emergente se encontraba Reinosa a principios
del siglo XX, como consecuencia de la creación en 1918 de la
"Sociedad Española de Construcción Naval, S.A" La Naval y de las
medianas y pequeñas empresas que florecieron al lado de ella.
Todas las industrias, nuevas y tradicionales, convirtieron a
Reinosa en uno de los grandes centros fabriles de la región. Es
en este momento de crecimiento económico y con la presencia
estable de la Banda de Música desde 1907, cuando Marino Guerrero
decide abandonar el ejército y presentarse a la plaza de
director de la Banda de Música de Reinosa. Así el 17 de agosto
de 1910 toma posesión de dicha plaza y se instala con su familia
en la calle Duque y Merino, junto a la Iglesia de San Roque. En
ese mismo año, Juan y su hermano Mariano ingresan en el Colegio
San José, colegio en el que Juan dará sus primeros pasos como
director de coro.
La infancia de Juan transcurre en un ambiente musical.
Paralelamente a la educación general estudia música bajo el
magisterio de su padre, que le enseña el oficio al estilo
tradicional: teoría y práctica al mismo unísono. De él aprende
todo, desde los rudimentos del lenguaje musical, hasta la
técnica de composición, armonía e interpretación y, lo más
importante, el amor a la música. Es este ambiente familiar
musical el que hace de Juan un compositor de formación temprana
y de vocación precoz; ambiente, por otro lado muy frecuente en
la España de su tiempo, donde el aprendizaje y la profesión de
músico se trasmitía de padres a hijos.
Con sólo 10 años Juan o "Juanito" como familiarmente se le
conocía, tocaba el clarinete y el piano, componía por su cuenta
y asistía como educando a la Banda de Música, familiarizándose
desde muy niño con el repertorio característico de las Bandas;
marchas, pasodobles, preludios y canciones. Los frutos de esta
sólida información no se hicieron esperar. A los 11 años, en
1912, compone su primera obra para piano, La Bella
Sourire, obra sencilla en la que ya se percibe su
creatividad.
A su mayoría de edad, 1919, tras finalizar sus estudios en
el colegio San José, el joven Juan se incorpora al mundo
laboral, en un principio en el Ayuntamiento de Reinosa, y
posteriormente en la fábrica "La Naval" en el departamento de
"Jornales", sin que ello le impida seguir estudiando y
componiendo. En este año estrena sus primeras obras para banda,
la marcha fúnebre Jueves Santo y el pasodoble
Ecos Taurinos.
A finales de 1921, tras la jubilación de su padre es
nombrado director de la Banda de Música, y se introduce en la
composición de la música comercial ligera, con obras para
"orquestina" como, Fox-Trot y Tango, que se
estrenan en los cafés "concierto", que junto con el Casino y el
Liceo van a concentrar y a dinamizar las actividades culturales
de Reinosa. A pesar de sus numerosas ocupaciones Juan no
abandona su formación. En 1922, se examina en el Conservatorio
de Madrid de Solfeo y Armonía obteniendo altas calificaciones.
Año en el que se introduce en el mundo de la música folclórica,
a través de la transcripción y armonización de cantos populares;
fruto de ello es la canción A lo bajo bajuco, y la
Banda de Música de Reinosa bajo su batuta gana el tercer premio
en las fiestas de Santander; de este notorio encuentro nació una
gran amistad con D. Ramón Sáez de Adana, director de la Coral y
Banda Municipal de Santander, al que le dedicó el pasodoble
Pico Cordel.
~ Creación de la "Agrupación Artística Reinosana"
Reinosa vive en el primer cuarto de siglo (1925) un
crecimiento demográfico excepcional, como consecuencia del
desarrollo fabril que generó el nacimiento de la sociedad
burguesa, e imprimió a la ciudad de un carácter cosmopolita,
abierto y emprendedor. La sociedad exigía más actividades
artísticas, nuevos centros y sociedades culturales en la ciudad.
Estas inquietudes artísticas se fueron perfilando y
concretando hasta que el 1 de enero de 1925 surgió la
"Agrupación Artística Reinosana". Agrupación que nace bajo el
espíritu creativo y emprendedor de Juan Guerrero y de una serie
de músicos e intelectuales reinosanos como: D. Adolfo de la
Peña, abogado y escritor costumbrista; D. Teodoro Pastor,
compañero de trabajo de Juan y D. Luis Mazorra, abogado,
periodista y escritor costumbrista. Agrupación que tiene como
fin el dar a conocer la cultura de Campoo y de la Montaña en
todas sus manifestaciones, especialmente las musicales y
teatrales. Incluía: una orquesta de cámara con doce músicos, una
rondalla (1934), un cuadro artístico para teatro y un coro de
más de sesenta voces "Coro de la Agrupación", el cuál se
reconvierte en 1928 en "Los Coros Campurrianos" que pasa a
dirigir Mariano Guerrero.
Para todos estos grupos Juan compone la mayoría de sus
obras, especialmente las obras corales y teatrales, buscando
siempre y en todo momento que el repertorio no fuera ni
rutinario ni anodino. Pero lo más importante es su dedicación
profesional hacia la recopilación, armonización y difusión del
canto popular. A partir de ahora Juan cuenta con los
instrumentos necesarios para interpretar de forma integral la
música regional: poseía músicos, un numeroso cuadro artístico y
prestigiosos escritores costumbristas a su alrededor, como L.
Mazorra, Daniel G. Nuevo Zarracina y J. Del Río Sáinz "Pick".
Ningún otro músico tuvo tanta suerte, de ahí que su
producción a partir de 1925 se incrementara notoriamente. Es la
época en la que compone la Canción del Pastor, el
"Coro de la Agrupación" interpreta por primera vez Las
Segadoras, La romería, Popurrí de
aires campurrianos, Mozuca en la romería y
estrena su primera zarzuela de costumbres campurrianas El
indiano. En 1926, Marinero, marinero, el
Himno a Santander, basado en un poema de José del
Río Sáinz "Pick" y el Himno a la Montaña, que se
estrenó el 20 de enero de 1927 en el Teatro Principal de Reinosa
por el coro de la "Agrupación Artística de Reinosa", y el 13 de
Febrero en Teatro Pereda de Santander, lo interpretaron bajo su
dirección el Coro "Agrupación Artística de Reinosa" y el Coro
"El sabor de la Tierruca", acompañados por la Banda Militar del
Regimiento de Infantería de Valencia nº23, y el 30 de octubre se
estrena la zarzuela Escenas invernales de costumbres
Montañesa de Manuel Llano Merino.
Los años siguientes son muy importantes en su vida. En 1928
contrae matrimonio con la maestra Paula de la Serna Guadalupe en
la casa solariega de La Lastra (Burgos), es nombrado Jefe de la
sección de "Aprovisonamiento" en La Naval y publica sus primeras
obras. En este año estrena la canción de ronda Síguela
Manueluco y La escena campurriana: La romería de
las Nieves. En 1929 nace su hija Mª Pilar y más tarde
(1931) su hijo Juan Antonio. Año en el que escribe una de las
canciones más emotivas y más populares Serenita Cae la
nieve, y estrena Tantum ergo. En 1933
ingresa en el Cuerpo de Directores de Bandas Civiles, oposita a
la dirección de la Banda de San Sebastián y funda la Orquesta "Goz-Jazz".
Son años de entusiasmo, que se suman al éxito obtenido por
los "Coros Campurrianos" en numerosos conciertos celebrados en
Palencia, Los Corrales de Buelna y Carrión. Pero el entusiasmo
se va a eclipsar al año siguiente. En 1934, muere su padre
Mariano Guerrero Noguera, al que le compone la marcha fúnebre
Mortus est "A la memoria de mi querido padre" y
estalla la huelga general en La Naval. A pesar de las
vicisitudes Juan se entrega de lleno a la composición; con la
"Agrupación Artística de Reinosa", estrena Mi baturra
está triste, Súbela, súbela,
Tonadilla Cántabra y el cuadro de costumbres Al
amor de la lumbre; forma la "Rondalla", para la que
escribe Rondalla de pueblo, y ese mismo año
finaliza los estudios de composición en el Conservatorio
Superior de Madrid y al año siguiente (1935) los de Piano en el
Conservatorio de Vizcaya.
Pero son los años negros de la Guerra Civil los que van a
cortar cruelmente la actividad musical de Juan. En 1935 la
atmósfera política de Reinosa comenzaba a ser confusa. El 1 de
mayo Juan es cesado como director de la Banda de Música, tras
interpretar La Internacional en el templete de La
Plaza. El 1 de agosto de 1936 es detenido durante seis días; más
tarde, el 17 de diciembre le suspenden de empleo y sueldo en La
Naval y el 19 del mismo mes, una bomba destruye su casa "Villa
Mª Pilar". Ante estos desastres, la familia decide trasladarse a
vivir temporalmente a Pesquera y para salir adelante, su mujer
Paula, se hace cargo de la escuela de Pesquera.
En 1937, el 6 de junio, Juan es detenido por intentar
pasarse al campo Nacional, y trasladado a la Cárcel Provincial
de Santander, hasta el 26 de agosto en que entran las tropas de
Franco en Santander. La vida en la cárcel no era el mejor
escenario para escribir, sin embargo el 31 de julio de 1937
compuso el salmo del oficio de difuntos Paccantem me,
dedicado a los caídos y difuntos de la guerra. A pesar de estos
acontecimientos, y como muchos que vivieron la guerra, Juan no
participó activamente en política. Era un hombre conservador,
tolerante y abierto, un trabajador infatigable en todas sus
actividades.
Tras la guerra, época de gran escasez y hambre, Juan intenta
sacar la familia adelante como sea, ingresa de nuevo en La Naval
al tiempo que lleva la contabilidad de la imprenta Andrey; se
dedica a la ganadería, llegando a tener 40 ovejas en la casa de
Pesquera, e inicia la reparación de la casa de Reinosa destruida
a comienzos de la guerra. Mantener a su familia le absorbía todo
su tiempo; su vocación, al igual que la actividad musical en
Reinosa, se encontraba adormecida, la Banda no existía, los
instrumentos habían desaparecido y, lo peor de todo, muchos de
los músicos ya no estaban. Entre tanto dolor y desastre Juan
sacaba tiempo para enseñar música a sus hijos Mª Pilar y Juan
Antonio, y para componer y escribir; de esta época es la canción
Agua en la cestuca y la comedia costumbrista
Escenas populares montañesas.
Juan no se rinde, ni abandonará jamás su vocación. A finales
de 1939 intenta restablecer y revitalizar la actividad musical
de Reinosa, organiza nuevamente los "Coros Peñas Arriba"
animando a antiguos coralistas, buscando nuevas voces entre los
reinosanos; así inicia una segunda etapa de ensayos y
actuaciones. En 1941 le restituyen como director de la Banda de
Música y de la sección Coral de Reinosa, y le nombran Delegado
Comarcal de Educación y Descanso. En ese año abandona Pesquera y
se instala en Reinosa, calle Presa, frente al Ayuntamiento, al
lado de la imprenta Andrey de la que pasa a ser propietario.
Un año más tarde, 1942, decide dar un nuevo rumbo a su
carrera musical y literaria: se introduce en el mundo del
periodismo musical madrileño a través de la Revista Unión de
Compositores y Escritores (UCE), revista que nació con la idea
de ser el punto de encuentro y un lugar de publicaciones para
escritores, compositores y artistas españoles.
~ Madrid y las nuevas experiencias
Juan era un hombre positivo, dinámico y muy emprendedor;
el entusiasmo y la propia seguridad en sí mismo le permitían
introducirse en nuevas aventuras. En 1943 decide abrir una
filial de la imprenta Andrey en Madrid, en el bajo del nº60 de
la calle García Morato, instalando su residencia en el piso
superior. Su vida a partir de ahora transcurrirá entre dos
ciudades, Madrid y Reinosa, pero va a ser el mundo de la Villa y
Corte el que le atraiga con más fuerza y al que dedicará más
tiempo.
A partir de 1945 hasta la década de 1970 dirige y edita la
revista Unión de Compositores y Escritores (UCE), desde su
imprenta Gráficas Andrey. En ella publican compositores como:
Jacinto Guerrero, R. Sáez de Adana, Jesús Guridi, J. Calleja y
el propio Juan Guerrero; escribe artículos, entrevistas, edita
sainetes como las Narraciones montañesas: Panchuco,
los pasodobles Raza taurina y Mi amor,
y el himno de la revista ¡Si UCE triunfará!. Muchas de
estas composiciones la firma bajo seudónimos como Azuri, Beneto,
De la Serna y Guadalupe; los dos últimos los toma del nombre y
apellido de su mujer, y los dos primeros por sufragio familiar.
A esta labor editorial y compositiva de Juan en la revista,
tenemos que añadir la periodística y crítica sobre temas
musicales importantes, como: su interés por la situación de las
Bandas de Músicas Civiles en España (que le lleva a colaborar
activamente en el Boletín del Colegio Oficial de Directores de
Bandas de Música Civiles), y la preocupación por la enseñanza
musical en España. En numerosos artículos refleja la apatía del
sistema educativo y la aridez de los métodos vigentes, situación
que le anima a editar la Cartilla del Solfeo Cantado,
que como él mismo dice "sirve para iniciar en el aprendizaje del
solfeo como un nuevo sistema más ameno, que facilite la forma de
ir adquiriendo los conocimientos musicales elementales,
especialmente para poder cantar por medio del solfeo". Según nos
confiesa su hija Mª Pilar "con este sistema nos enseñó música a
mi hermano y a mí, nos hacía solfear cantando".
Ante esta notoria labor, en 1948 los miembros de la Sociedad
Unión de Compositores y Escritores (UCE) le rinde un entrañable
y cálido homenaje. Entre los numerosos asistentes se encuentra,
el maestro Jacinto Guerrero, Conrado del Campo, Ignacio Sanuy,
el presidente de la Sociedad General de Autores. Amigos todos
ellos que se reunían los domingos en la tertulia "Teatro Lara
con Alforjas para la Poesía", en donde los debates sobre poesía,
música y artes en general eran los temas dominantes.
En 1958 Juan se traslada definitivamente a Madrid, pero
nunca abandona Reinosa, sus vacaciones y muchos fines de semana
los pasa en su "tierruca", por lo menos hasta las fiestas de San
Mateo, fiesta en la que colaboraba como organizador, periodista
y cronista.
Los diez años siguientes son para Juan un periodo muy
fructífero, de esta época son las canciones: No le quiero
que sea molinero; Dulce nombre de María;
Castellana; Ávila monumental;
Himno del ejército del aire; Cuando braman las
olas; Himno de Charitas; Marinero
sube al palo; la zarzuela A la sombra del henar
y la comedia Era necesario un torrente. Colabora
con los músicos, escritores y poetas cántabros, con los cuáles
le unía una gran amistad y que nunca perdió, ya que si su
trabajo estaba en Madrid su corazón residía en Cantabria. Así,
en 1969 le invitan a formar parte del jurado del VI Certamen de
la Canción Marinera de San Vicente de la Barquera junto con E.
Gurrutxaga, P. Luis Prieto y Mª Castañeda y Carlos Diego y le
encargan la composición de la canción obligada Cuando
braman las olas.
De la amistad con Gerardo Diego nació en 1971 el himno
Pico tres mares, que dedicó a Isidoro Palacio promotor
del turismo en el Alto Campoo. En ese mismo año, estrena con
gran éxito la comedia Iparraguirre, en el Teatro
Principal de San Sebastián, antología en la que realiza una
bella semblanza de la figura del poeta José Mª Iparraguirre en
su aniversario.
Juan estuvo trabajando hasta los últimos días de su vida.
Tenía un gran proyecto, la composición de su primera ópera
Cristóbal Colón con el historiador A. Domínguez Ortíz,
pero murió demasiado pronto y de una manera gratuita y estéril,
el 14 de abril de 1980 en Arroyo de las Fraguas (Guadalajara).
Todos los que conocieron a Guerrero coinciden en calificarle
como una persona humana, emprendedora y muy trabajadora, que
sentía una gran pasión por la "tierruca" y a la que dedicó su
tiempo y su obra.
Pero dejemos que sea la pluma amiga de Juan José Calderón
Escalada "El Duende de Campoo", la que ponga el colofón a estos
apuntes biográficos:
"Y todo esto, los que vivimos y los
que recordamos, el Ochote "Ecos del Ebro" y los "Coros
Campurrianos", gracias a la labor callada e inteligente del
nuestro Guerrero Urreisti, que, en largos años de paciente
trabajo, ha recogido lo más y lo mejor del folklore campurriano,
rico como pocos en esta espontánea manifestación de cultura
popular. Y lo ha recogido con tan sincera lealtad y justeza de
aciertos que sus composiciones musicales son tomadas por el
pueblo como suyas, pues las asimila y las canta con oírlas una
sola vez, prueba inequívoca de que Guerrero supo llegar al alma
del pueblo e interpretarla como es, sin exagerados requiebros
artísticos que la desfiguren ni demasiadas concesiones
populacheras que la rebajen". |