Con 73 años de edad y más ganas que nunca de 'comerse el
mundo' falleció en
Santander Nicolás Ochoa, 'Kalín',
hombre polifacético, siempre
cercano a la mar, y uno de
los últimos raqueros que
hacían ostentación de serlo.
'Kalín' nació en Tetuán y vivió toda su vida próximo a esta popular calle santanderina. Sus primeros 'coles', como no, tuvieron lugar en Puertochico, de donde acompañado de varios amigos sacaba del agua las monedas que le lanzaban turistas y curiosos. Nunca renegó de esta condición y, orgulloso, rebatió a todos los que, con el tiempo, se burlaron de estos 'chavales'. «Soy raquero y a mucha honra» solía repetir en sus intervenciones radiofónicas.
En su niñez también practicó gimnasia deportiva, aunque la
enfermedad de la polio le
provocó una notable cojera,
que no le impidió tampoco
realizar múltiples
exhibiciones acrobáticas en
moto, en los Campos de Sport
de El Sardinero.
Con el tiempo se convirtió, junto con su hermano, en el
propietario de la gasolinera
que surtía de combustible a
los barcos de Puertochico.
También fue copropietario de
la de Valdecilla, pero él no
quiso abandonar la zona de
su niñez. Durante décadas
regentó en la calle Castelar
un comercio de ropa
deportiva que se convirtió
en lugar de encuentro de
pescadores y de los hombres
de mar, que acostumbraban a
pasar por el establecimiento
para saludar a 'Kalín' e
informarle de sus últimas
capturas. En los últimos
años se transmutó en un
personaje mediático gracias
a las intervenciones que
realizaba en Radio Popular.
Todo empezó tras una llamada
telefónica al programa que
presentaba el periodista
Javier Rodriguez, que al
final consiguió convencerle
para que fuera colaborador
semanal de la emisora donde
ha permanecido hasta hace
unos meses. Sus recuerdos de
aquel Santander costumbrista
que él vivió le inspiraron
para publicar el libro de
memorias titulado 'El
Puertochico que yo conocí' y
que presentó, en el año
2007, el por entonces
alcalde de Santander,
Gonzalo Piñeiro, y el pintor
José Ramón Sánchez.