OCHO MOZOS:
Interpretada en tono más alto por el Coro Ronda Altamira de Santander, esta Marza, que aparece con el número ocho del libro cuarto del Cancionero de Sixto Córdoba, es un ejemplo más de marza tradicional, cuyos versos recogen algunos aspectos descriptivos de la costumbre.
No tenemos constancia de que se conserve cantado en la actualidad, en ningún rincón de Cantabria, este fragmento marcero. No obstante la intención de nuestro grupo es hacer aflorar ciertas melodías de nuestra tradición que permanecen en silencio en pentagramas, con el fin de posibilitar material de referencia.
MARZO FLORIDO:
Aunque el Coro Ronda Altamira inicia la actividad marcera en Santander el año de su creación (1981), no incorpora esta MARZA hasta el año 1984, manteniéndola como su marza mayor desde entonces, buscando en ella su identidad, matizando así el carácter peculiar de la agrupación.
En su composición se tuvieron en cuenta las aportaciones siguientes:
- La Marza recogida por Sixto Córdoba y Oña con el número nueve en el libro cuarto de su Cancionero, cuyo fragmento melódico y texto se convierten en el argumento central de la ronda.
- La Marza número veintidós también del Cancionero de Sixto, como elemento narrativo y tema de uno de los dos coros, el representado en la ronda por barítonos y bajos.
- La Marza número seis del Cancionero de Calleja, recogida posteriormente también por Sixto Córdoba (Libro cuarto), y de cuya letra utilizamos parte, sirviendo de elemento narrativo: y tema del coro segundo representado en la ronda por los tenores primeros y segundos.
LA ZAMBOMBA:
Fugaz ejemplo de "marza rutona", siguiendo la denominación de Cancio y García-Lomas, es este guiño melódico recogido por Sixto Córdoba y Oña con el número veinticinco en el libro cuarto de su Cancionero, cuya simplicidad en música y letra conecta con la sensibilidad popular. La interpretación que el Coro Ronda Altamira realiza está dos tonos más alta que la versión recogida por Sixto Córdoba y Oña.
LOS SACRAMENTOS:
El primero en mencionar los Sacramentos de Amor es Demetrio Duque y Merino, 1897, con las referencias siguientes: "Por si algún folk-loorista gustase de conocer estas coplas de los Sacramentos de Amor, hélas aquí, como las oí, y aún las canté yo de muchacho, en las pocas marzas que el colegio y la Universidad me permitieron pasar en mi tierra".
Ofrece un ejemplo de Sacramentos, y sigue, refiriéndose a la última estrofa: "Esta última copla tenía una variante menos acomodada a los Sacramentos que al negocio marzal hecha por alguno no tan dispuesto a disputar a ningún padre el amor y la mano de su hija como a ir derecho al asunto principal de pedir marzas. /.../ Les he oído también con otras variantes, que sería largo reproducir".
Posteriormente aportan también testimonios de Sacramentos, entre otros: el Cancionero de Calleja, nº 5, (el primer ejemplo musicado), Adriano García-Lomas y Jesús Cancio, uno con el título "Letanías o Sacramentos de Amor", de los que dicen: "Tanto la música - que puede verse en la obra Cantos de la Montaña del maestro Calleja - como la letra, tienen algunas variantes pero no modifican la esencia folklórica de la citada".
José María Cossío y Tomás Maza Solano recogen dos ejemplos de Sacramentos de Cuaresma (Lantuneo y Campóo de Ebro) y tres de Sacramentos de Amor (Santiurde de Toranzo, Lantueno y Bustamante de Campóo de Suso).
El ejemplo aportado por el Coro Ronda Altamira en esta ocasión son los Sacramentos de Amor del pueblo de Camino, aprendidos de viva voz de Emiliano García González, componente en la actualidad de la agrupación.
LOS MANDAMIENTOS:
El último día del año el inconfundible redoble de tambor convoca a media tarde a todos los mozos solteros de la sociedad de los tres barrios de Piasca: La Carrá, Barrio Medio y Labarejo, y los de la aldea de Aceñaba de Arriba, incluidos los novatos, una vez obtenida la autorización de los padres por parte del presidente. A punto grandes sacos para recoger las viandas, garbanzos, cecina, chorizos, tocino, morcillas, hogazas de pan, y cartera para el dinero: el aguinaldo.
Entre relinchíos y redobles se hace el recorrido. Se llega a las casas. El presidente se adelanta y con respeto y voz recia saluda: "¡Ave María Purísima! Aguinalderos somos, cantamos, rezamos ¿o qué hacemos?", a lo que responde generalmente: "cantad, cantad". Y si alguna desgracia ha visitado aquel hogar durante aquel año: "¡Rezad, hijos rezad!", a lo que responde con un "Padre Nuestro" respetuoso. En el primer caso entonan con voz recia y al unísono "Buenos años, años buenos vengan ellos", encargándose del recitado de los Mandamientos las voces más igualadas siguiendo la puesta a punto realizada en el ensayo de algunas tardes anteriores. Así se va alternando hasta el final, de no ser interrumpidos por el dueño de la casa que les invita a tomar algo. Cuando los Mandamientos no se cantan todos, se concluyen con la estrofa "Alto alto caballero"... se recogen los aguinaldos, se lanza un "¡viva!" al dueño de la casa y a la familia y se continúa el recorrido.
En Piasca y Aceñaba de Arriba, así como en Liébana en general, la costumbre de Las Marzas no se ha conocido con tal nombre, relacionando el canto de Los Mandamientos con los aguinaldos. La necesidad de la recogida de material para poder desarrollar estudios comparativos nos ha llevado a incluir estos Mandamientos en esta grabación.
Demetrio Duque y Merino en marzo de 1900 en El Eco Montañés decía en aquella ocasión a propósito de los "Mandamientos Marceros":
"Marceros porque los cantan en Marzo y para pedir las marzas los mozos de algunos lugares de estos alrededores (Matamorosa). /.../ Son unas coplas rimadas que andan de boca en boca, llenas de incorrecciones y faltas de métrica y, a veces, hasta de sentido; pero que restauradas, como se las he oído al que ' mejor las sabe ' , no resultan más vulgares ni prosaicas que otras de su laya, ni aún de algunas de las impresas en devocionarios. Estas no sé yo que hayan sido impresas nunca, como no he podido dar tampoco con el motivo por el cuál las cantan para pedir las marzas... aunque se tome, como uno de tantos, el de agradar al cura..."
Nemesio Otaño por su parte, en la conferencia que ofreció en el Teatro Principal de Santander el 19 de abril de 1914, publicada en 1915, transcribirá un ejemplo de Mandamientos de Liébana, sobre cuya 'sobría melodía' llama la atención de los concurrentes, indicando que "los Mandamientos se clasifican justamente en el Folk-lore montañés entre los cantos de Marzas", y pone como autoridad a Duque y Merino.
LAS PASCUAS:
Encontramos como primer informante de Las Pascuas a Manuel Sáinz de los Terreros (Rozas, Soba), en su obra El muy leal valle de Soba, 1893, de las que dice son "Menos antiguas y menos generalizadas que las Marzas / y / que han tomado de / estas / varias estrofas. Se cantan el Sábado Santo por los jóvenes o los jóvenes del pueblo, en este último caso, vestidas de blanco con prendidos y cintas de colores y acompañadas de algunos "ramasqueros" y "galanes".
Las recogidas por Sáinz de los Terreros no tienen nada que ver en su letra con las ofrecidas aquí y que nos han sido transmitidas de la tradición cantada en nuestros días.
Sixto Cordova y Oña, sin embargo, recoge en el nº 10 de su libro IV, bajo el título "Marzo Florecido", cuatro versos de una marza con transcripción musical, que reproduce casi exactamente la que ofrecemos en la grabación, excepto en su modulación final, y que él presenta como marza de Ampuero.
MARZO FLORIDO (NOBEL SÁMANO):
Como única concesión en este trabajo a una aportación de actualidad en relación con las MARZAS, este ejemplo de marza de autor.
El inicio de la obra:
Marzo florido eres bienvenido
Marzo florido eres bienvenido
Entre las rosas tú la más hermosa
Marzo florido eres bienvenido
Marzo de amores, de luz y colores
Marzo florido eres bienvenido
propone un mosaico lírico-tonal con alusión al mes de marzo y a la mujer, temas recurrentes en la marza tradicional.
Una tímida alusión a la danza se apunta en el ritmo que acompaña a los versos:
A esta casa honrada
Señores llegamos
Si nos dan licencia
Las marzas cantamos
Este ritmo da paso a una sugerencia de plegaria en el unísono y octava de los versos:
O las cantaremos
o las rezaremos
mas con su licencia
cantarlas queremos
Vuelta a la insinuación del ritmo de baile en:
Y con estas voces
tengan santas noches
y con estas cantas
tengan noches santas
que se resuelve de nuevo en una vuelta a los armónicos insinuando la plegaria:
Quédense con Dios
vivan muchos años
y también nosotros
los que aquí cantamos
que las cantaremos
o las rezaremos
mas con su licencia
cantarlas queremos
Bienvenida al mes de marzo, insinuación a la danza, ambiente de plegaria, insistencia en la danza y remanso armónico de plegaria, dan paso a la propuesta melódica tradicional de la marza, al unísono y en octava de barítonos y bajos, con armonización a cuatro voces en sus dos últimas estrofas:
A cantar las marzas venimos alegres
venimos alegres
Ni es descortesía ni es desobediencia
ni es desobediencia
En casa de nobles cantar sin licencia
cantar sin licencia
Si nos dan licencia señor cantaremos
señor cantaremos
Con mucha prudencia las marzas diremos
las marzas diremos
Una boca cerrada, repetición musical de esta última propuesta, acompaña sugerente al recitado de la MARZA MARINERA ROMANCEADA, ejemplo único recogido por Adriano García-Lomas y Jesús Cancio en su obra Del solar y de la raza.
La obra concluye con el mismo mosaico lírico y tonal del principio dando unidad a la composición.
EN BELÉN CIUDAD SAGRADA:
El Coro Ronda Altamira acompaña en esta versión de Marzas de Reyes a los marceros de Liencres. Esta versión quedó recogida también en el disco anterior de la agrupación, titulado "Salve Marinera y Navidad en Cantabria".
CUANDO POR EL ORIENTE:
Emilio Cortiguera, en su artículo "Contribución al estudio de la música popular", publicado en el Cancionero de Calleja, recoge texto completo de lo que él denomina Marzas del Valle de Piélagos, aclarando que
"Marzas son aunque se cantan el día 6 de enero y que se titulan los Reyes"
El propio Calleja armoniza sobre acompañamiento de piano la primera estrofa de estos Reyes en el nº7, aunque la melodía no se corresponde con la interpretada en la grabación por el Coro Ronda Altamira y que éste toma de la presentada por Sixto Córdova y Oña en su cancionero, de su versión íntegra transcrita en su Libro 1, sección décima "Villancicos Populares", canto del que dice en su Libro IV
"se usó como marzas en Cayón hacia el 1870"
También presentan una versión con transcripción musical Adriano García Lomas y Jesús Cancio, cuya melodía es distinta de la aparecida en el Cancionero de Calleja y de la que presenta Sixto Córdova y Oña, pero cuyo texto difiere en poco del presentado por Emilio Cortiguera en el cancionero de Calleja y del presentado por Sixto Córdova en el suyo.
A ESTA CASA HONRADA:
Hasta nuestros días se han reunido los marceros de Matienzo a cantar las marzas. Se comenta que en Cubillas se han cantado las de Marzo, en la Secada las de Reyes y en la Vega, las Marzas de la última noche del año.
Estas últimas forman parte del contenido de nuestro disco y casete. Se grabaron en la Iglesia parroquial de San Martín de Matienzo, el sábado día 30 de diciembre de 2000, acompañando el Ronda Altamira a los marceros del pueblo.
A diferencia de los Mandamientos de Piasca y Aceñaba de la misma época del año, que no recibe la denominación de Marza (al igual que en el resto de Liébana), en Matienzo esta denominación parece de uso común.
Merece la pena al respecto traer a nuestra consideración las palabras de Demetrio Duque y Merino en su artículo "De las marzas", Cancionero de Calleja de 1901:
"La ronda y cantar de Las Marzas /.../ Hay quien objeta con el hecho de que en ciertos valles y lugares de nuestra Montaña hacen la ronda los 'marzantes' la Nochebuena, y en otros la última noche del año. Pero, aparte el palmario anacronismo de 'marcear' en Diciembre, el caso puede explicarse fácilmente teniendo en cuenta que, como de pedir se trata también en ambas prácticas, y no es este el solo carácter que las presta parecido, han podido confundirse la de las 'marzas' con la de los 'aguinaldos': costumbre esta tomada de los romanos y generalizada en toda España como en otras naciones; y a la que aquí, por los que tal vez, la confundieron en la Montaña, se le dio el mismo nombre que a la otra, acaso más antigua, más característica, más nuestra.
Los aguinaldos suelen pedirse y darse, según localidades y categorías de las personas, por Nochebuena, por Año Nuevo y por Reyes".
A LOS DE ESTA CASA:
Adriano García-Lomas y Jesús Cancio, en su obra Del Solar y de la Raza, tomo segundo, capítulo VII, son los primeros en incluir "como complemento folklórico interesante las denominadas (marzas) 'rutonas' que no citaron nuestros costumbristas".
El ejemplo que ofrece el Coro Ronda Altamira en esta marza rutona coincide en su fraseo melódico con el recogido en el Cancionero de Calleja de 1901.
A los de esta casa solo les queremos, solo les queremos, que sarna perruna les cubra los huesos, les cubra los huesos.
Sixto Córdova y Oña, por su parte, recoge esta misma marza, transcribiéndola en un tono más baja, como proveniente de Torrelavega, y añadiendo tres estrofas más. Una primera acompañando a la marza rutona en pentagrama:
A los de esta casa solo les queremos
solo les queremos
que todas las brujas les chupen los huesos
les chupen los huesos
Aclarando para los restantes que "si reciben aguinaldos cantan":
A los de esta casa solo les queremos solo les queremos
Dichas y alegrías salud y dinero salud y dinero
A los de esta casa Dios les de victoria
Dios les de victoria
En la tierra paz y en el cielo gloria
y en el cielo gloria.